La Copa finalizó para el Atleti desde que Gil Manzano decidió en el descanso acabar con el partido. Desde entonces los del Cholo ya pensaban en el Eibar. Y hacen bien en ello. Al Atlético le ha costado muchísimo ponerse al nivel de los dos todopoderosos y pelear con ellos como para perder esa condición de equipo potente en poco tiempo. El Barcelona del tridente mágico está tres puntos por encima del Atlético. Un partido. Y quedan 18 encuentros ligueros, 54 puntos en juego. Eso es lo que tienen que mirar ahora mismo los jugadores del Atlético y lo que ya les ha dicho su entrenador. Todo lo demás es jugar a favor de intereses de rivales. Neymar, en su primer año en nuestro país, ganó la Supercopa de España mientras que algunos de esos jugadores a los que lanzó besos en el Camp Nou ganaron la Liga y jugaron la final de Champions. Repetir eso es el objetivo. Y no pasa nada por admitir errores cometidos.

Ahora toca ganarle al Eibar, un ejemplo de cómo se hacen las cosas bien. Y luego llegará la otra super potencia, con sus estrellas y su vitola de grande entre los grandes. A mitad de este ejercicio, el Atlético ganó un título, cayó en Copa ante un excelente conjunto y sigue vivo y muy vivo en las dos competiciones que quedan. Muchos están esperando la ocasión para lanzarse contra el Atleti. Un año o dos quitándole títulos a los mejores de nuestro fútbol agrada. Más tiempo ya no hace tanta gracia e incomoda. Por eso cada vez que el Atleti visita Neptuno tiene tanto valor.