Verstappen, un hueso duro de roer para Carlos Sainz

Puesta de largo de la escudería Toro Rosso, la formación más joven de la parrilla de Fórmula 1 con Max Verstappen (17 años) y Carlos Sainz (20). Una apuesta que podría parecer arriesgada pero quizá no lo sea tanto ante la solvencia de ambos pilotos, además de ceñirse fielmente al guión de equipo escuela para Red Bull. El objetivo prioritario para el madrileño en la temporada de su debut en los grandes premios no puede ser otro que superar a su compañero, también novato pero más joven e inexperto que él. Sin embargo, cuanto más pregunto por el holandés más ambicioso me parece el desafío. Conocía a Verstappen por su palmarés y algunas referencias, pero desde que entró en la órbita de los grandes premios he recabado más opiniones sobre él y lo cierto es que será un hueso duro de roer para Sainz.

Me han hablado sobre el hijo de Jos (piloto discreto de F-1 en la década de los 90) desde especialistas en las categorías de promoción a algunos de sus rivales en la etapa del kárting pasando otros periodistas que le conocen con más detalle que yo y todos coinciden en su valoración. Se trata de un piloto rapidísimo, con un talento natural poco común, muy ambicioso y absolutamente centrado en su tarea de llegar a lo más alto en el automovilismo deportivo, en su cabeza no hay otra cosa que las carreras. Una descripción, desde luego, que podría aplicarse al dedillo a su compañero español pero que, en cualquier caso, les deja en una evidente situación de rivalidad que ojalá se resuelva a favor de Sainz. Le beneficia una formación más completa con monoplazas potentes, aunque Red Bull ya se ha encargado de solventar las carencias de Verstappen con un programa de entrenamientos tan intenso como permite la normativa. Veremos cuál es el desenlace particular de este duelo de novatos, lo que parece claro desde ya es que la cosa no va a ser fácil para nuestro preferido…