Es probable que no sólo Karim Benzema haya entrado en rampa de lanzamiento con el chaleco de electroestimulación. Las vibraciones del electrodo le han llegado a todo el Real Madrid a tiempo, justo a tiempo, para dar el salto que le puede dejar muy bien colocado en la carrera por el título de Liga. Entramos en febrero, llegan el Sevilla y el Atlético, y pueden considerarse dos pruebas definitivas de calidad para las aspiraciones del equipo blanco.

Los síntomas de recuperación que se aprecian en el Madrid son positivos. Benzema está enchufado, y no sólo al chaleco mágico sino también al gol; y a Bale le falta un poquito de chispa en el último metro y le sobra algo de ansiedad por asumir el papel protagonista de Cristiano Ronaldo. Pero sin duda, cualquier entrenador querría jugar con Bale antes que sin Bale. Es un fuera de serie, ahora algo estresado por una responsabilidad que le mediatiza en las decisiones. El galés lo que necesitaría es un chaleco Zen, alguno que le bajara las revoluciones porque su cabeza obsesionada va más deprisa que sus piernas, que ya es decir. En cualquier caso, B&B dan productividad en esta fase primordial del año, con Champions y tramo final de Liga a la vista. Con chaleco o sin él...