Las heridas tardarán en cicatrizar

Veinticuatro horas después, el dolor no remite. El mazazo sufrido por el madridismo en el Calderón dejará una huella profunda que tardará en borrarse. La tristísima imagen ofrecida por el equipo de Ancelotti ante el eterno enemigo de la ciudad no se arregla con dos o tres triunfos consecutivos. La afición no entiende la indolencia en el campo y la falta de reacción en el banquillo. Tampoco es edificante ver que un tercio de la plantilla se fue a celebrar la fiesta del cumpleaños de Cristiano como si no hubiera pasado nada. Todo el mundo tiene derecho a celebrar su cumpleaños, pero después de un 4-0 ante el Atleti y con una imagen tan triste alguien debería haber parado eso y hacerles ver al portugués y a sus compañeros que suponía una falta de respeto para los aficionados.

Ahora toca levantarse y tirar de orgullo. Del Mundialito y la racha de 22 victorias apenas quedan recuerdos borrosos. Desde Dubai, el Madrid está dando unos peligrosos síntomas que nos recuerdan al Galacticidio de la primera etapa de Florentino como presidente. Ancelotti debe ponerse serio con los pesos pesados del vestuario y dejarles claro que la fiesta ya se ha acabado. Sólo quedan 45 días para el Clásico del Camp Nou y esto no puede quedar así...