Motivación, el estímulo clave para Alonso en McLaren

La situación en Ferrari llevó al agotamiento a Fernando Alonso. Cinco largos años persiguiendo un objetivo que terminó sonando a utopía son suficientes para minar la moral incluso de un deportista irreductible. En Maranello le faltó la recompensa de un título y tanto desengaño desembocó en una comprensible ausencia de motivación, justo a lo que el asturiano se ha referido en su última comparecencia en un evento de Honda, el nuevo proveedor de motores de McLaren. Así que la ecuación era sencilla de resolver, sin resultados y también sin ganas el proyecto de Ferrari dejó de tener sentido alguno para quien ha hecho del triunfo su argumento vital. Alonso necesitaba aire fresco y asegura que en Woking ya lo está respirando.

Es por ello que su decisión de cambiar de escudería me pareció acertada desde el momento que la planteó. Desconozco cuál será el desenlace de su segunda aventura con McLaren, pero el simple hecho de la renovación de esa motivación que Alonso señala ya me parece tremendamente positivo para cuanto esté por venir. Un piloto, un campeón, no puede vivir instalado en el terreno de la decepción, del desánimo y la impotencia. Sobre todo cuando el tiempo corre en su contra y es consciente de que está desperdiciando los mejores años de su carrera, los de su madurez integral, en un proyecto en el que ya no confía. Además, pienso que su ímpetu en la persecución del sueño del tercer título tendrá un efecto contagioso en el resto de la escudería, no sería la primera vez que sucede. Que pregunten en Renault…