Aunque la cantinela me inquieta ya sólo por conocida (evoca melodías llegadas desde Maranello), no vamos a dejarnos llevar por la preocupación antes de tiempo. Sobre todo porque lo que argumenta Ron Dennis parece tener sentido y en esa consideración hay que tenerlo. El gran jefe de McLaren pide paciencia para su nueva colaboración con Honda y explica que necesitan tiempo para ajustar la armonía de la que deben disfrutar monoplaza y unidad de potencia, concretando ese periodo en unos tres grandes premios, es decir, hasta la carrera de China. Creo que es un plazo bastante razonable, así que le tomamos la palabra a Dennis y a partir de mediados de abril tocará empezar a valorar el rendimiento de su escudería, elevando al mismo tiempo el nivel de exigencia sobre los resultados.

Más sorprendente resulta que admita ciertos problemas de comunicación con sus socios japoneses. Éste no debería ser un inconveniente en un proyecto de semejante magnitud, aunque es cierto que sí conozco algunos casos del Mundial de motos en los que se han producido malentendidos entre los interlocutores por aquello de que ninguno de ambos domina el idioma del otro. Pero una cosa son traspiés puntuales corregidos con rapidez y otra diferente si hablamos de una laguna frecuente en su relación, puesto que entonces la cosa sí puede crear complicaciones más serias. Confío en que Dennis se refiera más a lo primero que a lo segundo, el método de trabajo japonés es bastante peculiar y si a ello sumamos carencias de entendimiento el asunto sería peliagudo…