Es verdad que Casillas se comió el primer gol en el Calderón. Es también una realidad que el capitán se equivocó en no reconocer el error en sus declaraciones postpartido. Pero también es un hecho contrastable que Iker está rindiendo a gran nivel en la temporada y que, casualidad o no, es el titular en las dos competiciones en las que el equipo está todavía vivo este año. Incluso haciendo dos paradas claves ante el Depor en momentos importantes, parte de la afición se pasó la tarde pitando al cancerbero en un gesto que sólo tiene una explicación: se han cansado de su cara.

Me resulta incomprensible que se le silbe a Casillas en el Bernabéu, pero es la realidad. Sólo cuando las cosas han ido rodadas se han calmado las voces críticas, pero el primer revés ha vuelto a crear una situación incómoda para todas las partes que parece tener una salida: la marcha de Casillas a final de temporada. Estoy convencido de que tardarán muy poco en echarle en falta.