Ayer vimos a un gran Gareth Bale. Seguramente la mejor versión del galés en meses. Fue, junto con Isco, de las pocas noticias agradables para el Real Madrid en un partido gris. Su primera mitad fue fantástica, siendo muy protagonista, algo que se le debe exigir siempre a un futbolista con semejantes cualidades. Se iba como y cuando quería en el uno contra uno, apareció en zona de gol y tuvo gran capacidad de asociación en el juego combinativo, que quizá es lo que más le cuesta en otros partidos. El equipo le necesita a este nivel, más aún cuando Cristiano no está en su mejor momento.

Desde su llegada al Madrid, Bale ha alternado grandes actuaciones con otras bastante flojas. Es hora de que dé un paso al frente y acabe con esa irregularidad que le provoca no terminar de explotar definitivamente. Su poderío futbolístico es inmenso y es un jugador prácticamente imparable cuando está enchufado.