Cualquier país que vea esta noche el salto inicial del partido entre los hermanos Gasol, nos envidiará. Y dirá ¡cómo no vamos a ser buenos en el baloncesto! Cierto. Tan cierto como que nosotros mismos, al verlo, aún nos preguntaremos ¿cómo no fuimos capaces de ser campeones del mundo? Jugábamos con Pau y con Marc. Sólo con ellos, uno se siente capaz de ser campeón. Más aún cuando ambos atraviesan su mejor momento. Pero es que, además, teníamos a Ibaka, otro gigante de la NBA. A Ricky Rubio y a Calderón, que son alguien allí. A Navarro, a Rudy y a Sergio Rodríguez, que igualmente pasaron por Estados Unidos. Claver todavía anda allí. Más Llull, Reyes y Abrines, que en nada tienen que envidiar a sus compañeros.

Pues con ese equipazo fuimos quintos en el Mundial. Jugado, además, en España. Con todo a favor (hasta un cómodo cruce en las eliminatorias) y nada en contra. Nada, menos nosotros mismos. Nos auto eliminamos en un partido horroroso contra Francia. Fueron 15 puntos en el primer cuarto, 13 en el segundo, 15 en el tercero y 9 en el cuarto. Con el paso del tiempo aún se nos hace más cruel aquel resultado: 52-65. ¡Con sólo tres puntos de Marc! ¡Dos de Ibaka! Un horror. Después Francia se quedó en poca cosa. La eliminó Serbia. De Estados Unidos, por cierto, todos dijimos que venía con un equipo C. Pues Irving, Curry, Harden, Thompson y Cousins estarán hoy en el All Star. Aún faltará otro, Davis. No era malo, no.