Álex Rins es un piloto de cierta estatura para lo que es habitual entre los motoristas y el paso a Moto2 le va a venir muy bien. Sufría para acoplarse a su anterior Moto3 y también mantener un peso adecuado le exigía un esfuerzo superior al de otros rivales menos corpulentos. Todo eso es ya historia y el catalán está mostrándose a magnífico nivel en las primeras tandas de test de esta pretemporada 2015. Por supuesto que le queda para acabar de tomarle el aire a la categoría, pero como su talento resulta indiscutible es sólo cuestión de tiempo (y quizá no demasiado) que empiece a dar guerra en las posiciones de cabeza de cada gran premio. Tiene clavada la espina de no haber conseguido un título mundial en la clase pequeña y no encontrará mejor forma de sacársela que con uno de Moto2.

Rins es un tipo tranquilo, calculador y prudente que se transforma cuando se baja la visera del casco. Me comentaba en su día Mela Chércoles que le recordaba mucho a otro Álex, Crivillé, y no puedo estar más de acuerdo. Además, su nuevo equipo ha demostrado ya en muchas ocasiones que sabe sacar a la luz lo mejor de los jóvenes pilotos. La experiencia de Sito Pons y su gente de confianza en esta tarea es valiosísima, tienen el método y los conocimientos necesarios para que un novato queme etapas a toda velocidad. Si este chaval de 19 años se adapta como es presumible al nuevo entorno, seguro que aprovechará la oportunidad que se le presenta. Maverick Viñales ya fue el pasado año la revelación de la categoría en ese mismo box, así que ahora no me extrañaría que Rins acaparase tal protagonismo. Aunque veremos qué tiene que decir su excompañero Márquez al respecto…