La Copa, el coto cerrado de la ACB

La Copa ACB es la gran competición de baloncesto en España. Copa, además, real, porque se llama del Rey, quien haciendo honor a su nombre en ocasiones la ha entregado en persona, como volverá a suceder este año. Pero aunque sea del Rey, no es una Copa de todos, sino que se trata de una competición exclusiva, un coto cerrado para los mejores equipos de la Liga. Este privilegio desvirtúa una de las características de todo torneo copero. Si en el fútbol podría ganarla un equipo de Tercera —en Inglaterra ha habido tres campeones de Segunda—, o en el balonmano uno de la División Plata, en el baloncesto no se permite ni tan siquiera disputarla a quien no esté entre los ocho primeros clasificados en la primera vuelta de la Liga.

No se trata de eliminar el actual formato, que es todo un éxito, sino de que previamente los equipos de las divisiones inferiores celebraran unas eliminatorias. Los vencedores se enfrentarían a los equipos ACB, y quienes superaran los octavos de final formarían el cuadro actual de ocho equipos para disputar, como sucede ahora, la Copa en una sede y a solo partido. Sería, además, un detalle de solidaridad que los equipos grandes jugaran alguna vez en las canchas de clubes más modestos, lo cual les ayudaría en su economía. Si hace diez años aún era obligatorio que los equipos ACB tuvieran dos jugadores extracomunitarios, ojalá dentro de menos tiempo podamos celebrar que la Copa del Rey deje de ser el coto cerrado de la ACB.