La Liga Arcoiris y la vieja controversia de Miku y Paco Jémez

Tolerancia. Los jugadores del Rayo Vallecano llevarán cordones arcoiris en sus botas en San Mamés. La razón, la Federación Estatal de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales ha lanzado la campaña La Liga Arcoiris como plataforma en el fútbol del rechazo a la homofobia. Playground Noticias anunció ayer que los atléticos Raúl Jiménez o Saúl se han unido a la campaña y que Athletic, Málaga y Llagostera ya han participado en iniciativas similares. La LFP ha declinado unirse a la misma: “No podemos participar en los cientos de propuestas que recibimos al mes”. Así, otros jugadores y clubes como el Cádiz se van incorporando de manera individual a la iniciativa.

Controversia. Miku (1985), delantero venezolano, ex del Getafe, ha sido el refuerzo invernal del Rayo. Paco se desmarca de un fichaje (“es de Felipe”) que tiene intrahistoria. Cuando Miku era jugador del Celtic, se enfrentó al Barça en Champions. Paco censuró la propuesta escocesa en el Camp Nou, no por desprecio sino por estar contra sus ideales: “Me avergonzaría jugar como el Celtic”. Luego el Celtic ganó al Barça en Glasgow y Miku se desquitó: “No hago caso a Paco Jémez pero vi que el Barça le metió cinco…”. El turno de réplica terminó en el entrenador: “Con Miku pueden pasar dos cosas: que no entendiese mi mensaje, con lo cual se podía aclarar, o que sea tonto. En este caso ni él ni yo podemos hacer nada al respecto”. No será por la anécdota, pero Miku sigue en cero minutos.

Titán. Elche ha vuelto a recuperar la fe en Przemyslaw Tyton. Una vuelta después de ser pitado ante el Eibar en el Martínez Valero, que pedía la titularidad de Manu Herrera, el polaco fue el héroe del partido en Ipurua y el domingo tiene un reto fenomenal, el Madrid. A Tyton se le exigió porque fue el fichaje más caro de la temporada (900.000 euros procedente del PSV) pero ha demostrado ser duro: en Holanda tuvo que irse al hospital del campo dos veces con conmociones cerebrales.

Colorido. Depor y Celta quieren dar ejemplo el sábado en el derbi. Llegan finos, sus meritorios entrenadores, Berizzo y Víctor, se han rehabilitado, el partido se ve en abierto y los 1.300 celtistas que viajan lo harán presentando su DNI para recoger su entrada individual. Sólo puede ser una fiesta y así lo entenderá Galicia.