Road to Berlín

Paso firme. Mientras que el PSG, el Chelsea, el Bayern y el Oporto no pasaron del empate en su primer asalto de los octavos de final de la Champions, el único que fue capaz de cantar victoria fue el actual rey de Europa. El Madrid es así. Aunque esté malito (sin la energía de hace meses ni la inspiración que le hizo célebre en la racha de 22 triunfos consecutivos), con su empeño, profesionalidad y calidad individual le bastó para sacar adelante un partido que estaba plagado de minas. Estas las ponían los jugadores del Schalke, que dieron patadas hasta en el carné de identidad. Pero hay hambre de nuevo en las caras. El lenguaje gestual de los blancos ha mejorado mucho. Cristiano irrumpió por fin en plan búfalo y estuvo en todas las disputas en ataque, a pesar de que Boateng y Matip le tiraban con todo. En la izquierda pululaba Marcelo, que es un diamante con botas. A su lado reaparecía Pepe, el Jefe, que estuvo soberbio. ¡Cuánto te hemos echado de menos, sheriff! Y en el centro, Lucas Silva cumplía en su debut como titular. Aseado y sin cometer errores. Atrás, Casillas alcanzaba su partido 150 en competición europea sacando un tiro lejano a Huntelaar. Y me dejo para el final a Isco. Bendita la hora en la que el club fichó a este malagueño tocado por los dioses. Qué manera de jugar la pelota, qué controles, qué recortes arabescos, qué visión de juego, qué listo es el tío...

Volvió la Máquina. Tres partidos sin ver marcar a Cristiano es un suceso paranormal. No podía durar mucho. Los que le queremos y creemos en él de verdad, sabíamos que esto se iba a arreglar ya. Él nunca nos decepciona. Un gran pase de Carvajal y un desmarque eléctrico del Balón de Oro permitieron al crack abrir la cuenta con un cabezazo preciso que voló por encima del nido del jovencito Wellenreuther. Cristiano ya ha igualado a Raúl y Messi como máximo goleador de las competiciones europeas (76). Y lleva ¡12 partidos seguidos marcando como visitante! Ha metido 21 goles en sus últimas 15 apariciones europeas lejos del Bernabéu. Una bestialidad propia del mejor delantero del siglo XXI.

Una piña. La fuerza de este equipo campeón es que su vestuario es una auténtica piña. Si alguien lo duda, que vea cómo celebró Marcelo con Ancelotti y el resto del equipo el golazo del brasileño. Tiene su intrahistoria. Minutos antes, el brasileño se equivocó en un achique con el japonés Uchida y permitió una jugada de los mineros que no acabó en el 1-1 gracias al larguero de ese Iker que tiene un Santo protector. Después llegó la genialidad de Marcelo. Derechazo a la escuadra alemana. Abrazo sincero con Carletto. Son una familia. Han pasado malos días, pero ya han vuelto...

Fin al gafe. Ante la Roma, en la gira por EE UU, y ante la Real en Anoeta se habían perdido los dos partidos con la camiseta fucsia. Mal fario roto. Este 0-2 indulta a esta camiseta tan atrevida como llamativa. Nos ayudará a ganar la Undécima...

Madridismo ejemplar. Este 0-2 va por mi admirado Anas Sordo, el presidente delegado de la Peña REMATE (Marruecos), que hoy recibirá un merecidísimo homenaje en su Tetuán natal (le acompañará el veterano José Luis Peinado). También me acuerdo de la Peña Madridista de Coruña ‘Hasta el Final’, la primera en la ciudad gallega en muchos años. Y la peña El Gran Boedo, situada en Sotobañado y Priorato (Palencia). Madridismo de bandera. ¡Sois los mejores!