El Barça le da un alegrón al Madrid

En La Rosaleda fue 0-0, en el Camp Nou, 0-1. En Málaga el Barça no tiró a portería. Ayer, apenas: un cabezazo penoso de Iniesta en la primera parte, un disparo de exterior de Luis Suárez en la segunda y, ya en el descuento, un intento forzado de Piqué que atrapó Kameni. Tampoco hubo muchos tiros desviados. Javi Gracia le tiene tomada la medida al Barça, sabe cómo anularle, cómo esperarle, cerrarle los caminos por dentro y asustarle con algunas salidas. En la primera de ellas marcó, con cierta colaboración de Alves, hay que decirlo. Con ese gol se llevó el partido y dejó al Barça al pairo.

Todas las derrotas sientan mal, pero esta es de las que sientan peor. El Barça venía de once victorias seguidas, no lo esperaba, podría haberse puesto líder al menos por veinticuatro horas. En todo caso, ganando, como esperaba, seguiría dependiendo de sí mismo, de la visita del Madrid al Camp Nou. Ahora necesita un nuevo fallo del Madrid. Y lo más chocante de todo fue cierta falta de rebeldía, de la que se libró solamente Piqué. Luis Suárez (el clásico, el del Balón de Oro, cuyos comentarios son jugosísimos) se quejaba en Carrusel de eso: de cierta sumisión, de falta de rebeldía. Yo lo vi igual.

Para el Madrid, que hoy está de centenarios, este resultado viene llovido del cielo. Después de su mal enero, que pasó con menos daño del que podría haber sufrido, es de suponer que ahora entrará en reacción. Lo veremos esta noche en Elche, donde Casillas cumplirá 500 partidos de Liga (¡cuántas paradas, cuántos goles salvados en este tiempo!) y Ancelotti, los cien. El registro del italiano es muy similar al de Mourinho en sus cien primeros partidos en números (victorias, empates, derrotas, goles) pero muy diferente en títulos: cuatro, entre ellos la Champions, contra una Copa de Mou.