Con Cristiano sin encontrar la quinta velocidad y con Bale intermintente, Benzema volvió a ser el mejor futbolista de ataque del Madrid. La anularon un gol fantástico, metió el primero y fue el mejor socio de los centrocampistas a la hora de crear peligro. Karim se hartó a tirar desmarques y a buscar espacio para facilitar la vida a sus compañeros. Es cierto que se encontró con algo de fortuna, pero también que estaba en el sitio adecuado para aprovecharse de la gran jugada de Cristiano.

El francés había empezado el año como el equipo, algo despistado, pero lleva un par de partidos otra vez a gran nivel. Y eso es una gran noticia para Ancelotti. Ya es el undécimo goleador histórico del club y eso son palabras mayores. Atrás queda la irregularidad y la aparente melancolía con la que nos desesperaba en numerosos partidos la lo largo de la temporada. Ahora puede estar mejor o peor, pero ni se abandona ni se despista. Y el madridismo se lo agradece.