Dejó de señalar un penalti en cada área
La verdad es que González González no tuvo grandes dificultades para sacar adelante un partido que se le pudo poner difícil, sobre todo en la segunda parte. En la primera, no señaló un penalti claro a favor del Madrid. Bale fue a rematar de cabeza y fue agarrado del brazo, retenido en su salto por Jaume Costa. Poco después, en el minuto 12, existió una patada clara de Isco a Campbell. No fue señalada, aunque la infracción se produjo fuera del área.
Acertó en no sacar a Jaume Costa tarjeta cuando interceptó el balón con el brazo al girarse. La gente se pregunta cuándo es tarjeta una mano y cuándo no. En este caso, el jugador del Villarreal no tenía intención de jugar el balón con el brazo aunque interceptara la trayectoria del mismo. Por eso no es tarjeta. Si hubiera habido intención, sí es tarjeta. Y un ejemplo más: si el balón impacta en la mano de un jugador de la barrera sería tarjeta, ya que en principio la habría levantado para ocupar más espacio y habría intencionalidad. Ya en la segunda parte, en el 50’, Bailly agarró y retuvo hasta tirar al suelo dentro del área a Cristiano. Penalti bien señalado. Y le enseñó correctamente la amarilla. En el 57’, Carvajal le metió los dos brazos por los costados de la cintura a Moi Gómez. Y lo derribó. La jugada venía de una falta ejecutada junto al banderín de córner. Era penalti y no fue señalado. En el 66’ se reclamó penalti porque el balón dio en el brazo de Bailly dentro del área cuando éste fue a despejar. Eso no es penalti, porque la pelota venía de un rebote. En el 68’, Bailly forcejeó con Cristiano dentro del área. Fue más espectacular el desplazamiento de Cristiano que el agarrón mutuo en una disputa por la posesión del balón. Hizo bien el árbitro en no señalar nada.
En el 76’ Vietto arrancó en posición correcta para quedarse sólo ante Casillas. Y antes de pisar el área se dobló el tobillo y cayó al suelo sin que Pepe, que le encimaba por detrás, le hiciera falta. No hubo nada. El jugador del Villarreal ni lo protestó. Por último, en el 81’, Bailly, una vez más, en carrera y cuando Chicharito perdía el balón y comenzaba a desequilibrarse, le puso las manos en la espalda y le dio un leve empujón que no fue, a mi juicio, para señalar penalti.
En general, fue bueno el criterio de González González en la dirección del juego. Sus grandes errores fueron no señalar un penalti en cada área.
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