Apaciguar la tormenta cuanto antes

La tormenta no amaina. Ecclestone dice que no entiende nada, los pilotos quieren saber qué ha pasado, en Inglaterra exageran con el riesgo de retirada, unos hablan de desmayos, hay quien le ha visto paseando por Oviedo y otros viajando en avión fuera de España... Como la verdad no se presenta con luz y taquígrafos, cualquier especulación adquiere la categoría de posibilidad. El culebrón de Fernando Alonso sólo terminará cuando le volvamos a tener sentado en su McLaren... o alguien se decida a ofrecer los detalles precisos para resolver las incógnitas que se plantean.

Aclarar tanta cosas seguramente no sea una obligación para los implicados pero sí una necesidad, diría... Cuanto más dejen liarse la madeja, más difícil será deshacerla. Y todo esto no beneficia a nadie, ni al piloto, ni al equipo, ni siquiera a la Fórmula 1. Hemos pasado de preocuparnos por lo importante, la salud y la recuperación de Alonso, a intentar adivinar lo que sólo deberían ser los hechos que sucedieron el pasado 22 de febrero en Montmeló. Afortunadamente, el piloto ha vuelto a aparecer por las redes sociales, demostrando sus ganas por recuperarse e incluso ironizando sobre este aluvión de rumores de los últimos días. Una buena señal...