Un dato habla de la diferente intensidad del Athletic y del Madrid: Beñat, 15 recuperaciones; Rico, 17... Kroos, 5 e Illarra, 8. Desde el principio los de Valverde mordieron, ahogando a la línea de salida blanca en su propio campo. Y el Madrid se arrugó, porque al alemán se le vio taponado, a Illarra sin mordiente y a Isco desbordado por los acontecimientos.

Muniain por dentro y Williams por fuera destrozaron a la medular y a la zaga madridista. Varane y Pepe trabajaron a destajo, tapando las vías de agua de la medular. Y así, el Athletic controló sin agobios a la BBC.

Ancelotti cambió de táctica prescindiendo de Illara por Jesé (70’) y de Kroos por Lucas Silva (75’) al que entregó la batuta del equipo. Nuevo dibujo, más empuje a la vez que el Athletic bajaba de presión. Pudo llegar el empate por desgaste de los locales. La pregunta es si Ancelotti reaccionó tarde relevando a los dos grandes náufragos de la noche: Kroos e Illarramendi.

Desaparecidos. El Athletic presionó como se esperaba. Anuló a la medular blanca por completo y a los laterales hasta el descanso. Dominio total.

Con Lucas Silva. Ancelotti quitó en el tramo final a Kroos y dio la manija a Lucas Silva con Isco. Algo mejoró el Madrid y bajó, a la vez, el Athletic.