El sol sale antes para Luis Suárez

Luis Suárez está contento, el Barça lo está también; en un momento determinado, los equipos son como las personas, y están tristes o alegres según les va en la vida. Suárez vino al Barça bajo una sombra; se escapaba de los periodistas y de la calle, porque venía precedido de mala fama; la mala fama no es eterna, pero mientras dura parece el mandil de un condenado. Desde aquel día de octubre en que debutó no ha dejado de pedir perdón en el campo. De mil maneras: asociándose con sus compañeros, aguantando el chaparrón de su sequía, haciendo de tripas corazón. Se restableció de esa enfermedad que lo incapacitaba para la gloria en el lugar de donde venía, Inglaterra, y desde entonces no ha cesado de marcar goles, que es la materia prima de la alegría de un número 9.

Ayer el mediodía se puso en seguida para él, y bajo ese sol lleno de padres y de hijos, en el Nou Camp más abarrotado de la temporada, marcó un gol muy saludable y después se dedicó a procurar goles para los suyos. A su lado estaba Messi, bajo la sombra de sí mismo, hasta que decidió resucitar también. El resultado en las pantallas y en la Liga es uno; dentro de su alma seguro que el resultado es aún más brillante para Luis Suárez.