Mi teoría sobre el accidente de Alonso y el fallo del McLaren

Misterios. Dudas. Incertidumbres. Contradicciones. Muchas preguntas sin responder que han alimentado durante las dos últimas semanas la polémica en torno al accidente de Fernando Alonso en Montmeló, que le ha costado el debut con McLaren en el GP de Australia de este fin de semana. Yo, como la mayoría, también tengo mi teoría sobre lo ocurrido basada en los confusos datos que se han ofrecido oficialmente, opiniones de terceros, indicios, algo de intuición y diría que también de sentido común. Y como pienso que va a ser difícil que a corto plazo lleguemos a saber lo que sucedió realmente, me siento legitimado para especular al respecto. Creo que el monoplaza del asturiano sufrió algún problema previo a su colisión, muy probablemente una descarga eléctrica que le afectó y le llevó contra el muro.

A partir de ese instante, entre una cosa y la otra, Alonso quedó inconsciente y provocó la alarma entre las asistencias médicas, decidiendo su evacuación a un hospital. Se complica la situación desde ese momento, ya que la escudería británica decide maquillar lo ocurrido con la teoría del golpe de viento que sacó de la pista al MP4-30. Lo más grave estaba por llegar. La conmoción provoca secuelas pasajeras al piloto, como la pérdida de memoria o la desorientación sobre lo ocurrido, y el entorno del paciente exige a los doctores respeto a su privacidad, por lo que no se emite parte médico alguno. Mientras, McLaren parece descargar la responsabilidad en el factor humano, algo que no comparte Alonso y que provoca cierta tensión entre ellos. Llegados a ese punto ya no hay marcha atrás, así que nos les queda otra que enrocarse en una invención cogida con alfileres, que empieza a hacer aguas por varias vías. El ovetense prosigue con su recuperación y estará a punto para la segunda carrera en Malaisia. Fin de la historia…