Tuvo el milagro en sus manos

El Schalke tuvo el milagro en sus manos, pero el problema fue que los propios jugadores no terminaron de creérselo antes de viajar. Los mineros ya daban la eliminatoria por perdida antes de haberse montado en el avión. Nadie veía posible que el modesto conjunto de la región trabajadora de Alemania pudiera liársela al gran Madrid. Pues sí, señor. El Schalke casi elimina al campeón. Y lo hubiese merecido. En el majestuoso Bernabéu. Porque el equipo de Ancelotti volvió a ofrecer una muy mala imagen. Porque dejó a Huntelaar y compañía boquiabiertos al ofrecerles espacios gigantes. Y porque se vio tres veces por detrás en el marcador.

Pero la clave, como siempre a estas alturas de la Champions, estuvo en la defensa. Matip y sus compañeros se quedaron tan fascinados de ver de cerca un cabezazo del Balón de Oro que en vez de marcarle y pelear el salto optaron por apreciar la secuencia desde la primera fila. En plan cine, vamos. Fue la suerte de un Madrid muy corto y la pena de un Schalke valiente, pero sin suerte. Aunque ojo, en Alemania existe otro conjunto que sí confía en sí mismo, que adora jugar en el Bernabéu y que ayer hubiera castigado al Madrid. Seguro que el Bayern lo hubiera hecho.