P. P. San Martín

El liderazgo de Ramos no tiene precio

Curiosamente su ausencia le ha revalorizado. El Madrid ha andado como alma en pena sin Sergio Ramos, quedando huérfano de liderazgo sobre la hierba. En el fútbol hay muchos matices determinantes entre lo físico y lo táctico, como es mantener vivo el ‘alma’ del equipo. Contaba Valdano que siendo joven futbolista siempre miraba a su capitán de la albiceleste en el túnel, antes de saltar al campo: “Si Passarella sonreía, todos estábamos más confiados en ganar”. Y en este papel aparece la figura de Ramos en el Madrid, elevada en potencia desde aquel gol de Lisboa. Su genio y su tensión se ha echado en falta en muchas secuencias oscuras de los últimos partidos, allí donde el equipo se rendía y las directrices de Ancelotti desde el banquillo no llegaban con suficiente percusión. En esos bajones del Madrid faltó Sergio Ramos para llamar a la batalla y a competir hasta el final con el orgullo del madridismo de toda la vida.

Cristiano, Bale, Kroos, James... Disfrutan de un caché mundial por su calidad visible. Pero en todos los grandes equipos del mundo hay un Ramos, generalmente con menor ficha que las estrellas, aunque con una aportación en el campo y en el vestuario que no tiene precio. Esa es la valoración preferente del central a la hora de renovar, sin despreciar sus virtudes con el balón, que están suficientemente contrastadas. Pero hablamos de preservar el tuétano de una plantilla, de su nervio central, de ese perfil de futbolista que no se compra de un día para otro porque se precisa que la sangre blanca le corra por las venas. Ramos y el Madrid tienen que entenderse de manera razonable. El equipo (y la afición) siempre le echa de menos.