Contra la depresión, Casilla

Trataba de aprovechar el Espanyol la visita del Atlético a Cornellà para despojarse de sus miedos, de su depresión post-Copa, como quien se va retirando capas de abrigo tras el crudo invierno. Pero la crisálida perica no explotó, siquiera cuando Miranda dejó justamente a su equipo con diez. Solo un jugador se liberó a lo grande de sus fantasmas, de su error de hace siete días en Anoeta, y ése fue Casilla. Si ante la Real Sociedad propició la pérdida de dos puntos, contra el Atlético, las paradas del guardameta le dieron uno (de otros muchos) a un Espanyol que no se acaba de reencontrar a sí mismo. Ante Torres primero y Raúl García después, Casilla salvó a los pericos.

Los de Sergio González no alcanzaron la primavera soñada, si bien la mejor noticia fue arrancarle un puntazo al vigente campeón de Liga y sumar 33, uno más cerca de la permanencia. Hubo un tiempo en que el Espanyol parecía capaz de ganarle a cualquiera, de encandilar con su juego sin agazaparse atrás (aunque un rival como el Atlético mereciera tal planteamiento), y de eso aunque no lo parezca no ha pasado un mundo sino solo 11 días. Ahora solo cabe esperar que esa versión regrese, aunque sea para regalar los ojos de la afición y no otro tramo final como el de las últimas e insípidas temporadas.