Bale debe defenderse a sí mismo

Alguien me dice que lo que más movió a Florentino a ponerse en evidencia el otro día no fue tanto el afán de defender a Ancelotti como a Bale. Me parece que mi comunicante debe de tener razón. Bale fue fichaje suyo, fichaje ‘galácticomarquetiniano’ a su estilo más personal. Pagó por él una enormidad. Ya salió en una conferencia de prensa así cuando Marca informó de su protrusión en la espalda. Ahora está evidentemente inquieto ante las discusiones sobre el 4-3-3, porque le alcanzan a él de lleno. En mayor medida que a Benzema, que aparece menos responsabilizado ante Bale de traición al esfuerzo solidario.

Y es que Ancelotti se empeña en decir que el equipo juega 4-3-3 cuando ataca, pero que se planta en 4-4-2 cuando tiene el balón el rival porque Bale se mete en la media. Pero eso no pasa sino rara vez y estamos hartos de verlo. Los tres medios quedan en inferioridad, se ven barridos si presionan, reculan, hay desorden táctico. Bale se había venido defendiendo hasta ahora con goles. Marcó bastantes desde que llegó. Volverá a marcarlos. Pero ahora lleva una racha larga en la que está seco, y no precisamente porque esté, a cambio, dando goles a sus compañeros. Y a falta de goles que le tapen, lo que resalta de él es su escaqueo.

En este Madrid hemos visto a James e Isco forzar su naturaleza de ‘mediapuntistas’ en bien del equipo. Han aprendido a bajar, disputar, ir y volver. Se matan a correr, como Kroos, que también trata de adaptarse a tareas que no eran las suyas. Estos esfuerzos contrastan con la renuencia de Bale a hacer lo que se le pide, que es lo que necesita el equipo. Recuerdo que cuando se le vio por primera vez en el Bernabéu, con el Tottenham, fue un huracán que recorría toda la banda y que metía miedo hasta sacando de banda, largo, al área. Ahora juega como estrella cómoda, a la antigua. Si no es por la espalda, no tiene perdón.