...Desde el patio de Peñamefécit

El fútbol sala es religión en Jaén. Nos hicimos fieles hace más de 25 años con el Oliva Secavi, campeón de Europa dos veces con las reglas pre-FIFA. Por entonces en La Salobreja, adonde subíamos en peregrinación porque no había más deporte de élite que ese en Jaén, jugaban dos brasileños, Adolfo Boni y Douglas, que hicieron algo más que divertir: nos enseñaron. Douglas en la Escuela Municipal y Adolfo en colegios y el mítico Distrito 2, historia del fútbol sala base en la ciudad. Yo no valía una libra, pero tuve la suerte de jugar allí.

Compartí equipo y viajes en furgonetas a Cádiz, Málaga, Madrid o Zamora con Daniel Rodríguez, este entrenador-héroe que aprendió de Adolfo y levantó la Copa el domingo. Dani ha dedicado su vida al fútbol sala. Fue mejor jugador cadete de España y durante su esforzada carrera en la LNFS también aprovechó para formarse y licenciarse. De vuelta a Jaén ha completado este milagro que empezó en el patio del colegio de Peñamefécit y que le agradecemos todos los jiennenses. Nuestra provincia tiene un índice de paro del 40%, con picos del 70 en los jóvenes. Pero intenta no rendirse. Y de vez en cuando, nos emociona con estas gestas. Hala Jaén.