Arda Turan no suele destacar por su capacidad física o por su resistencia cuando los partidos se ponen cuesta arriba. Ayer destrozó este tópico. Según avanzó el encuentro, el turco se iba viniendo arriba, echándose el equipo a la espalda, creando fútbol, recuperando balón, echándole agallas y supliendo con su creatividad la falta de punch del Atlético en los metros de remate.

Arda se fue adueñando del partido desde el carril izquierdo, asociándose con Griezmann muchas veces, pero sobre todo peleando como un guerrero contra la ordenadísima defensa alemana.

Sólo disparó Arda tres veces, pero es que el equipo apenas lo hizo en doce ocasiones. Faltó remate, es evidente (Griezmann tiró dos veces y ninguna a portería). Por fortuna para el Atlético, el jugador turco sacó su talento a pasear, contagiando viveza para resistir hasta el final. No tiró penaltis en la tanda, prefirió rezar de rodillas para recibir su premio.

Ocasión de gol. Griezmann hizo una buena jugada por la izquierda (por ahí se lució) y asistió a Arda, que tiró blandito. Fue una buena ocasión.

Buena sociedad. Entró Torres y no se encontró con Griezmann. Pero sí funcionó el dúo Arda-Griezmann, con el turco bordándolo en el tramo final.