Esto es el madridismo sin fronteras

Entre La Habana y Madrid hay una distancia, en línea recta, de 7.453 kilómetros. Parece una enormidad. Y lo es. Pero el madridismo sin fronteras es un teletransportador que unifica sentimientos, emociones, culturas y lazos futbolísticos. En Cuba ya se respira la pasión por la camiseta blanca en sus cuatro puntos cardinales. Esta maravillosa isla caribeña se sabe de memoria el once inicial de Ancelotti y te hablan de Isco y Carvajal con el mismo conocimiento de ellos que si parlamentasen sobre los mediáticos Cristiano, Sergio Ramos o Casillas. En esta isla de 11 millones de habitantes, la pasión por el fútbol es imparable y los merengues van tomando ventaja a los culés. Un ejemplo. En el Hotel Oliva Nova (Valencia) hay un barman cubano que me lo avisó este verano: “Roncero, yo soy culé. Pero la Décima nos ha hecho pupa y en mi tierra cada vez hay más de los tuyos...”.

La Peña Madridista de La Habana nació en el mítico Hotel Nacional (Salón 1930) y casi 150 madridistas cantaron el himno de la Décima. Entre ellos, un ilustrísimo como Javier Sotomayor, el histórico recordman mundial de altura que saltó 2,45 metros en Salamanca hace 22 años. Y ahí sigue sin que nadie haya podido superarle. El Madrid es como Sotomayor. Nunca tuvo niñez. Nació grande.