La gloria del Villarreal va a llegar

El Villarreal ha llegado al tramo decisivo muy mermado. Entre cesiones y ventas (Cani y Gabriel), lesiones dolorosas (Bruno, Víctor Ruiz…) y sanciones (Pina en la ida; Jaume Costa hoy), sólo repiten cuatro jugadores del partido de Liga disputado en el Sánchez Pizjuán el pasado 26 de octubre. Así, y con el 1-3 a cuestas, es complicado pensar en una remontada. Ayer, para colmo, cayó Cheryshev. Doloroso como un gol en contra. Sin embargo, el fútbol da alegrías inolvidables de vez en cuando y este equipo se la ha ganado. Aunque enfrente haya una roca. El Submarino no necesita una gesta como la de España a Malta. Necesita simplemente devolver la moneda de la ida y meter tres goles. Como hizo en Salzburgo o como ha conseguido en once ocasiones esta temporada (uno de cada cuatro encuentros).

Lo de este partido será cuestión de acierto. Talento hay y ocasiones habrá. Vietto y compañía disparan 13 veces de media por partido y la mitad de ellas rumbo a la portería. Revisen el choque de El Madrigal. Pero la clave, más allá de tener la puntería que faltó hace siete días y de intentarlo hasta agonizar, es disfrutar y no angustiarse. No hay mejor motor. El Villarreal hace 650 días jugaba en Segunda y ahora le basta con ganarse el respeto de toda Europa arropado por dos mil fieles desplazados. La gloria, con este bloque con apenas 25 años de media, llegará. Hoy es atrevido asegurarlo. Mañana, será atrevido dudar.