El Villarreal confundió Liga y Europa

Será porque el Villarreal jugó ante el Sevilla hace ocho días y ayer en Europa, y porque volverán a verse el domingo en Liga. O quizás debido a que tenía tantas ganas de olvidar la ida (1-3) que no recordó que tenía que remontar. Jugó como confundido, arriesgó menos de lo esperado y llegó a desesperar. Como si puntuar fuera bueno. Llegar a cuartos era una quimera, pero se esperaba más. Fue uno de sus peores partidos en ataque. Sin posesión, sin fluidez ni desborde. De pegada, ni hablar.

Faltaban piezas claves, pero algunos pilares no pesaron lo suficiente. No estuvieron a la altura para aprovechar el empuje ejemplar de Mario, Pina y Jonathan. Para colmo, ante el atasco se esperaba algún movimiento en el descanso como guiño a la épica. El cuerpo pedía quitar a un defensa, Rukavina, para jugar con defensa de tres y meter a Gerard en el área. Marcelino prefirió nueve por nueve. Sin más. Luego, quitó a Campbell por un ariete en el minuto 70 y, ya entregado, a Vietto por Dorado. Así, acabó derrotado después de empatar y con tres atrás. Pero porque Bailly vio la roja. No por arriesgar. Quizás en 72 horas se desate el ataque total. No se espera otra cosa tras esta confusión. Será que ayer era la Liga y el domingo toca avasallar. Es la única explicación para no haber visto al gran Villarreal.