Pulmones, caos, Piqué y Bravo

La metamorfosis del juego del Barcelona ya es un hecho. El Barça planteó el partido ante el Madrid priorizando los kilómetros sobre la pelota y la apuesta salió redonda. El equipo de Luis Enrique corre que se las pela. Anulado futbolísticamente por el Madrid en la primera parte, el conjunto barcelonista se comió a los blancos en una última media hora de exuberancia física. Cada pelota dividida, cada carrera, cada salto era para un Barcelona que se impuso al Real Madrid por piernas. Llegó el Barça vivo a la media parte gracias al partidazo de Gerard Piqué y de Claudio Bravo. El central estuvo imponente en la corrección y el portero siguió defendiendo su titularidad ante el acoso de Ter Stegen y logró vencer al Madrid por primera vez en su carrera.

El equipo blanco jugó muy bien mientras le duró el fuelle. Pero parece un equipo poco trabajado. El Barcelona es a día de hoy lo contrario. Un grupo de maratonianos que ya no guarda la pelota. Con aprovechar una jugada a balón parado, una pelota al espacio en la que Suárez homenajeó a Lineker, un portero en racha, un central imperial y más piernas que el rival, el equipo blaugrana vadeó los momentos críticos del encuentro para derrotar al Real Madrid. Constató ayer el Barcelona que es un conjunto impredecible, que puede desmontar a cualquiera a la contra al mismo tiempo que sufre momentos de pasión. Pero si llega con opciones a la última media hora, a pulmones no le gana nadie porque a día de hoy son brutales en el intercambio de golpes.