Parece que algunos todavía no se han dado cuenta de lo competitiva que es la Liga y de lo difícil que resulta enfrentarse a equipos tan diversos como el Celta, el Valencia, el Sevilla o el Espanyol. El flagrante ejemplo de la temporada pasada con el Madrid, el Barça y el Atlético perdiendo muchos puntos en las últimas semanas del campeonato hubiera tenido que moderar la opinión demasiado generalizada de que los culés han cogido una ventaja casi definitiva para el título. ¿Cómo se puede pensar eso con 30 puntos todavía por disputar? Es realmente no conocer la genial incertidumbre que ofrece el deporte y menospreciar a los futuros diez rivales del Barcelona.

Por ello es lógico mirar con lupa el calendario e, incluso, resaltar la importancia del goalaverage. Calcular para esperar, éste es el sano reflejo de los madridistas, una vez superada la decepción de la injusta derrota del domingo en el Camp Nou. Cualquier elemento positivo es bueno para el ánimo de los jugadores del Madrid a la hora de afrontar la deseada remontada. Sí, el calendario favorece a los blancos y sí, en caso de empate a puntos las paradas de Casillas para salvar la diferencia de goles habrán sido decisivas y el Madrid se proclamará campeón. Una fría observación de esa realidad nos empuja hacia el optimismo.