McLaren nos ha tomado el pelo

Fernando Alonso está bien, los médicos lo han confirmado, y es lo más importante. Competirá (por llamar de algún modo a lo que podrá hacer con ese coche que tiene de momento), en el GP de Malaisia y atrás queda un mes de baja, diría que casi de pesadilla para él. Cuatro semanas de recuperación de un accidente cargado de misterio y sobre el que seguramente nunca ya conoceremos la verdad de los hechos. El tiempo pasará y se diluirá el interés por este episodio tan extraño, gestionado de forma nefasta desde la escudería de Woking. McLaren nos ha estado tomando el pelo y falseando la realidad de un fallo en el coche, imagino que para proteger su reputación pero a costa de su piloto. Han especulado, disimulado e incluso mentido sobre algo tan serio.

Entiendo, por supuesto, el desconcierto de las primeras horas e incluso días. Puedo justificar así que el representante de Alonso tampoco estuviera muy acertado en esos instantes iniciales, había preocupaciones más importantes que atender. Pero es que el culebrón se ha prolongado durante un largo mes y en McLaren han sido incapaces de dar la cara y asumir responsabilidades. Si el piloto recordaba el problema con la dirección del coche, ¿por qué no lo dijeron y se dejaron de la patraña del viento? ¿Por qué negaron en todo momento una avería? Con esa política de comunicación, personalmente ya me cuesta creer cualquier teoría que nos cuenten ya sobre este incidente. Ahora resulta que tampoco hay telemetría de la pieza que falló. Qué casualidad…