Cristiano muestra el camino

Qué difícil que un jugador destaque cuando el equipo no funciona. Sin ritmo, con las líneas demasiado separadas, sin una referencia arriba clara, Portugal sigue buscando un estilo. Pero como va ganando, casi nadie se queja. Ayer parecían un grupo de jugadores que acababan de conocerse. “Hola, ¿contra quién jugamos hoy?”. Un poco así. En medio de la indefinición, Cristiano quiso que el partido se dirigiera hacia él, porque sabe que mientras se concreta la idea, él muestra el camino.

Cristiano presionó por posición más que con agresividad, pero ayudó a provocar un córner que acabó con el primer tanto portugués. Exigió a su defensa dormida que se echara hacia arriba con gestos claros de desaprobación, corrió 90 metros para defender la banda justo antes del descanso, provocó dos amarillas en la segunda mitad, trianguló con los de la banda o se retrasó para tocar y así enviar el mensaje de lo que había que hacer. En una ocasión hizo un descosido a la defensa serbia aprovechando su velocidad, chutó desde fuera del área forzando una parada a Stojkovic, aunque fue uno de sus únicos remates... Estuvo en el partido, vamos.

Se le vio tan a menudo entre los dos centrales, esperando un centro preciso, o corriendo al espacio, que participando en la creación. Y justo después del empate de Serbia, pidió el balón para montar una pared (se colocó en la banda, ofreció el balón al espacio) que acabó siendo la jugada del partido y el segundo tanto portugués. Pero como sus compañeros, sobre todo los de atrás, seguían sacándose el balón de encima en lugar de combinar, Cristiano les hizo saber que así no, brazos en jarra. Hay más de un tipo de liderazgo, está claro. Y Cristiano personalizó todos ellos.