Pol Espargaró

Se notó que era la primera

Malditos nervios. Seis meses, seis laaargos meses de espera para este momento. Eso es lo único en lo que pensaba cuando estaba sentado en el box viendo a los mecánicos con esas caras y movimientos causados por los nervios. Había llegado el momento que con tantas ganas estaba esperando, y a la vez también pensaba: “¡Otra vez no! Malditos nervios y maldito el día en que quise ser piloto...”. Pero todo cobra sentido otra vez cuando te subes a la moto y sientes que eso es lo que más amas en este mundo. Bien. Tapones, casco, guantes, cuatro pasos firmes, un par de caricias a la moto y ya estaba sentado encima de ella. La salida a pista en Qatar por ser la primera es un tanto peculiar, rodeado de luces, flashes y mucha gente nerviosa, como mis mecánicos. ¡Locura de carrera! ¡Se nota que es la primera!

Problemas. Durante todo el fin de semana arrastramos dos problemas en mi Yamaha M1 del equipo Tech3, uno de agarre en la rueda trasera y otro con la maldita electrónica (el control de tracción y el control de la rueda delantera al acelerar), y en esa vuelta que damos antes de llegar a la parrilla de salida solo esperaba, bueno, en realidad más que esperar deseaba, que el grip hubiera aparecido. ¡Y así fue! Aunque, desgraciadamente, no pasó lo mismo con la electrónica...

Un cambio. El momento de llegar a la parrilla fue gracioso, ya que este año hay una nueva regla que consiste en que, justo al llegar a la altura del último piloto de la parrilla, el motor debe estar parado y hay dos opciones: una, que el piloto baje y empuje la moto junto a su mecánico, y la otra (que fue la más usada), usar la inercia de después de parar el motor y esperar a que sea suficiente para llegar a tu sitio.

Espacio vital. La posición en parrilla, mi pequeño espacio de tranquilidad antes de la tormenta, limitado por cuatro cintas. Ese es mi espacio vital durante quince minutos que parecen cincuenta. ¡Una eternidad! Esta vez fue un tanto diferente, ya que todos rendimos un minuto de silencio en la meta por la tragedia del accidente aéreo en los Alpes. Vernos juntos justo antes de empezar la carrera fue emocionante, como una gran familia unida, pero evidentemente esa paz y tranquilidad duró muy poco... En cuanto se terminó ese minuto todo volvió a la normalidad, cada uno a su sitio. Andando desde la línea de salida hacia mi sitio que, por cierto, no estaba muy cerca gracias a mi genial calificación, me iba fijando en las Ducati y sus neumáticos. Tenía la esperanza de que alguno hubiera decidido probar suerte con el extra blando que nosotros no tenemos, pero no... No hubo suerte. ¡Todos iban a aguantar la carrera como titanes! Y, por fin, en mi sitio otra vez, dentro de esas cuatro cintas con mi pequeña, la que me tenía que hacer volar en unos minutos.

Ese canto. ¿Qué se siente en la parrilla de salida? Aparte de unos nervios enormes y que la barriga y la cabeza no paran de darte vueltas, hay algo que suele repetirse en todos los circuitos y es el continuo canto a un piloto y señor: “¡Valentino, Valentino, Valentino!”. En ese momento me vino a la memoria el año anterior y lo mucho que me impactó en mi primera carrera de MotoGP el estar rodeado de cámaras, muuuchas cámaras, y prensa, además de gente haciendo fotos y los jeques, siempre tan elegantes con sus turbantes blancos brillantes con la luz de los focos. Les encanta, disfrutan con el espectáculo, ese tipo de adrenalina hace que les hierva la sangre y se sienten a gusto. Y mientras tanto esa palabra que se iba repitiendo: Valentino, Valentino... Aquella primera vez me resultó un tanto gracioso, supongo que porque todo era muy nuevo.

Por fin en marcha. ¡Se acabó el tiempo! Mientras me ponía el casco sentía escalofríos, esa sensación que odias pero que tanto necesitas y echas de menos durante el parón invernal. ¡Y cuando te das cuenta los semáforos están en rojo! Todo pasa muy rápido una vez te pones el casco, de esos eternos quince minutos del inicio a la rapidez fulminante de la carrera. Coges el embrague, lo sueltas un poco para que la reacción sea más rápida, pero sin pasarte para no adelantarte, launch control (control de salida) activado, gas a fondo y... ¡La primera carrera del año ya está en marcha!