Catorce disparos de España y ninguno finalizó en gol. De ellos, diez se produjeron en la segunda parte, cuando La Roja tomó cuerpo y plantó cara realmente a Holanda. En la primera parte sólo Pedro pisó área con carácter combativo, peleando balones y desperdiciando las oportunidades que él mismo se creaba con pundonor. Pero fútbol, lo que se dice guión de fútbol, muy poco o nada hasta el descanso. Juanmi corrió con voluntad pero sin rumbo y apenas aparecieron los Isco o Cesc para responder a la avalancha holandesa.

Fue a medida que entraron Silva, Iniesta, Morata y antes de todos Vitolo, que peleó muy bien, cuando España estuvo muy cerca del gol, creando ocasiones clarísimas que se desperdiciaron de manera increíble: Vitolo, fuera; Cesc, fallón; Silva, al portero; Morata, alto... Un concierto de desatinos en el último metro que confirmó la falta de gol de La Roja. Y así le va desde el Mundial: seis derrotas y cinco victorias.

Sólo Pedro. Hasta el descanso sólo inquietó Pedro a los holandeses. Juanmi no la vio y la medular, con Cesc fallón, estuvo más bien plana.

Más ofensivos. El once final tenía un gran perfil ofensivo. Morata y Vitolo lo intentaron, también Silva, Iniesta al mando... Pero no hubo puntería.