Carácter y honestidad

Tras derrotar hace unos meses al Granada, alguien afirmó en la sala de prensa de Cornellà que “en la vida y en el fútbol hay que ser ambiciosos”. Y con esa ambición, el “entorno” viene pidiendo en las últimas semanas a su equipo que sea ése por el “que la gente tenga ganas de venir al campo, que se sientan identificados, que disfruten”. El entorno no mete goles, aunque solo lleva uno menos que el Espanyol en los últimos cinco partidos. Y tampoco los recibe, aunque este miércoles descubrimos que a lo mejor sí le colaron uno con la gran Copa, pues resulta que “en enero y febrero vivimos por encima de nuestras posibilidades”.

Esa última sentencia es, paradójicamente, la crítica más feroz que ha recibido la plantilla —ya que implica que quizá el nivel actual es más acorde al real que al de aquellos meses mágicos—, y no procede precisamente del “entorno”. La realizó, como las anteriores, Sergio González, que sacó carácter y honestidad. Lo bueno es que con esos mismos dos valores, pero empleados dentro del vestuario, se puede rescatar a un equipo que frustra. No lo dice el “entorno”. Lo dicen las cifras, los resultados, el número de espectadores. Como se trata de ver el vaso medio lleno, ojalá en Vila-Real den al “entorno” motivos para disfrutar. Ojalá.