El dolor de muelas del multimillonario

Cuando a un multimillonario le duele el menisco suele ocurrir que es futbolista; no conozco a nadie de mi entorno que, siendo periodista o funcionario, o sedentario en general, tenga dolores físicos de aquel orden. Así que cuando a alguien se le atasca el menisco generalmente juega al fútbol.

Y cuando a algún futbolista le duele esa parte de la pierna los médicos le aconsejen que se opere o, si el dolor es leve, que no pise el campo, que se quede en el gimnasio o en casa.

Así es la vida, aunque seas un multimillonario del fútbol un dolor es un dolor es un dolor, como decía Gertrude Stein que eran las rosas: una rosa es una rosa es una rosa. Pues ya saben ustedes qué es un dolor y qué es una rosa.

Lo cierto es que a los futbolistas se les aceptan esos dolores de muy buen grado, mientras que otros dolores (los del alma, fundamentalmente) son objetos de olvido o de burla. Por ejemplo, un dolor de muelas puede dejar a un grande del fútbol fuera de las convocatorias, pues ya se sabe que a un tipo muy rico le duelen las muelas igual que a uno muy pobre, de modo que cuando te sobreviene ese sufrimiento no estás para nada.

¿Y qué pasa con los dolores que no son de menisco ni de muelas, por poner esos casos? En los últimos tiempos hemos asistido a graves perturbaciones personales de futbolistas muy notorios: Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar… Al primero le sobrevino lo que parecía una depresión muy compleja como consecuencia de los problemas que su padre (y su entorno) tiene con la justicia hacendística española.

Por lo que ha trascendido, los primeros coletazos (ahora corregidos, me parece) de esa diatriba con el fisco le llegaron al futbolista como algo aún más grave que un dolor de cabeza. Y bajó su rendimiento de manera grave; al tiempo, trascendió, porque fue evidente, que la preocupación le producía trastornos gástricos verdaderamente molestos. Si hubiera tenido roto el menisco hubiera estado fuera del campo; pero a un futbolista no se le permite estar preocupado o inhábil para estar en plenitud en el campo.

El caso de Cristiano Ronaldo pertenece sin duda alguna al ámbito de la vida privada, y proviene del estado de ánimo que le produjo un incidente significativo. Pero el jugador siguió en el campo: si hubiera tenido un dolor de muelas hubiera esperado en su casa a que escampara.

Con Neymar sucede en cierto modo lo que pasó con Messi. Su padre y él están implicados en un grave conflicto con la Hacienda española. Este muchacho es un multimillonario al que le duelen las muelas, seguramente, y ahora le dolerá el alma, pues lo que le pasa no es cualquier cosa. Ha bajado su rendimiento. Cualquiera (millonario o no) estaría roto por dentro. Pero como no le duele el menisco…, pues juega pensando en otra cosa. Ay, si sólo le doliera el menisco…