Seis meses y veinticuatro partidos después, el Madrid y el Barcelona afrontan el último compromiso para disputar la Final Four de la Euroliga. El Madrid, contra el Efes turco; el Barcelona, contra el Olympiacos griego. Al mejor de cinco partidos. Si es necesario el quinto, se jugará en la cancha de los equipos españoles. La cosa pinta bien. Sobre todo para el Madrid, cuyo rival es más asequible. Coincidieron en la primera fase de la Euroliga, y el Efes perdió en el Barclaycard Center por 90-70. El Madrid, en su cancha, se está mostrando muy poderoso. Esa es una de sus grandes armas para plantarse en la Final Four como uno de los favoritos. De los doce partidos que lleva en casa en esta Euroliga, ha ganado once.

El que perdió fue ante el Kazán, en la primera fase. Un partido de escasa relevancia de cara a la clasificación, pues el Madrid era líder y seguía dependiendo de sí mismo. El equipo ha rebajado el nivel de exigencia en determinados momentos para que los jugadores lleguen frescos a estas alturas de la temporada, y esto ha producido algunas derrotas sin mayor importancia. A cambio, han cumplido cuando había que ganar. De los seis rivales con los que se podría encontrar en la Final Four, a tres ya les ha ganado, y con amplitud, en el Barclaycard: 97-63 al Barcelona (además de 91-78 en la Liga), 83-65 al Panathinaikos y 86-75 al Maccabi. Con Olympiakos, Fenerbahce y CSKA no ha coincidido. Eso que celebran.