Abonados a las grandes remontadas

No le había tocado remontar todavía al Sevilla en esta Europa League y anoche fue el estreno. Emery insiste en disfrutar del camino y anoche Nervión lo hizo, sobre todo, y como es lógico, en la segunda parte. Pero incluso con el 0-1, con el Zenit enrocado e inexpugnable atrás, la desazón se mezclaba con el pensamiento de que el Sevilla está abonado a los más difíciles todavía. El año pasado se remontó al Betis fuera y al Oporto en casa. Si había que ir en plan kamikaze a San Petersburgo, tampoco era tan grave. Se tiene casi asumido que este equipo compite hasta el último minuto, que no se rinde y que, si hay que sufrir, se sufre.

Pero Emery es un gran entrenador porque acierta más que se equivoca. Y si se equivoca, rectifica. Viró el rumbo del partido con sus sustituciones, el Sevilla se comió a los rusos en la segunda mitad y su afición vivirá tres días de Feria con el soniquete en la cabeza de que los suyos van con una ventaja, mínima pero ventaja, a Rusia. Se volverá a vivir el recuerdo de aquella semifinal de 2006 y el gol de Antonio Puerta, y quién sabe si habrá la misma celebración. De momento, por delante quedan siete días que los sevillistas disfrutarán a tenor de las caras que se veían al salir del estadio. Por cierto, hay quien sigue dudando de Moisés del Hoyo y Sergio Domínguez, preparadores físicos del equipo. El gol de Denis fue el número 18 que el Sevilla consigue esta temporada en los últimos diez minutos. 18 goles que hablan bien a las claras del espíritu del vestuario y de su forma física. El campeón exige, como mínimo, respeto.