A principios de temporada se daba por hecho que Carlos Kameni abandonaría el Málaga. El portero camerunés, que estuvo mucho tiempo a la sombra de Willy Caballero, veía que su estrella declinaba. El traspaso del argentino al Manchester City de Manuel Pellegrini no mejoraba su situación. El Málaga se interesó por Gerónimo Rulli y terminó fichando al mediático Memo Ochoa, que triunfó con México en el Mundial de Brasil. El camerunés aceptó renegociar su contrato que amplió hasta 2018 a cambio de rebajar su ficha casi hasta la mitad. Aun así, todos pensaban que Ochoa sería el titular.

Pero las cosas tomaron otro rumbo. Javi Gracia decidió dar la portería a Kameni. Y la prensa mexicana reaccionó con estupor. Su estrella era reserva. No lo podían entender. Ochoa lo hizo muy bien en los partidos de Copa del Rey, donde tuvo oportunidades. Pero se encontró con el mejor Kameni que ahora, tras años de sufrimiento, recoge los frutos de su paciente trabajo. Él fue reserva de un gran Willy Caballero y ahora Ochoa, un porterazo, está en el banquillo esperando su oportunidad. Es lo que tiene el puesto de portero. Sólo puede jugar uno.