Palabra de Valdano en el tramo final de Carrusel: “Espero que esta victoria sirva para poner en valor a Ancelotti, que siempre parece en peligro”. Firmo debajo. A pesar de que llegó al Madrid con el vestuario descompuesto y la imagen del club por los suelos, el presidente del Madrid nunca ha parecido estar demasiado entusiasmado por el trabajo del italiano. La cabeza de Ramos en Lisboa le salvó en su día el puesto y ha llegado a esta eliminatoria en Champions contra el Atlético con la Décima en el olvido y jugándose otra vez el pellejo. Ancelotti arriesgó con un planteamiento que le falló hace año y medio en el Camp Nou y volvió a salir vencedor. En casi todos los partidos en los que se ha encontrado con bajas determinantes, el técnico madridista ha sido capaz de acertar a la hora de buscar soluciones tácticas que han valido victorias decisivas.

Parece que ser un tipo educado, respetuoso y con buen trato con el vestuario le penaliza más que le beneficia. Si Carletto, con su currículum, fuera un amargado con cara de mosqueo permanente en las conferencias de prensa seguro que algún iluminado le daría más valor. La realidad es que no es perfecto y comete algunos errores, pero es un pedazo de entrenador. El mejor para el Madrid, aunque tiene que estar todos los partidos demostrándolo. La clasificación del equipo para semifinales le vuelve a dar un par de semanas de respiro, pero a estas alturas de la película Ancelotti es consciente de que haga lo que haga su trabajo siempre se mirará con lupa.