¿Quién es ahora el que manda en la capital?

Recuerdo que tras el estrepitoso 4-0 del Calderón del pasado mes de febrero, se me acercó un niño de la Peña Madridista de Navacerrada y me preguntó desconsolado: “¿Señor Roncero, entonces es verdad que el Atleti va a ser desde ahora el que mande en la capital?”. Asumo que estaba tan desconcertado con la goleada y con la nefasta racha en los derbis precedentes con el equipo de Simeone, que me costó darle al chaval una respuesta medianamente optimista. Yo le dije que lo importante era Lisboa y que la Décima siempre estará en nuestra memoria...

Pero todos los madridistas teníamos claro que tras ese 4-0 esto no podía seguir así. Siete derbis pinchando en hueso eran un insulto a nuestra historia y suponía entrar en una deriva peligrosa para el futuro de una rivalidad que durante 14 años tuvo un color blanco nuclear (1999-2013). Era evidente que el derbi europeo del miércoles era definitivo para acabar con esa peligrosa tendencia. Lo bonito no es sólo haber ganado al Atleti de una forma mágica con el gol postrero de Chicharito. La clave es que lo hicimos sin escudarnos en las bajas y trenzando un fútbol lleno de orgullo y testosterona (¿no eran ellos los que nos comían por bemoles y actitud?).

Ayer me decía un buen amigo madridista que era glorioso ver que con este simple triunfo habíamos borrado de un plumazo la borrasca de los siete derbis precedentes. Aquí lo que manda es Europa. El mundo entero vio el gol de Sergio Ramos en Lisboa y el gol de Chicharito en el Bernabéu. Lo del medio han sido como las pequeñas guerras que se tienen en las comunidades de vecinos: irrelevante. Atléticos, ¿quién manda ahora en la capital?