Joaquín, entre Emery y Montella

“Viola si nasce”, se venden las camisetas como rosquillas por las calles de Florencia. La Fiore es especial y lo probará el Sevilla, a quien el sorteo dejó con media sonrisa. Benítez era un dolor de muelas y el Dnipro, un viaje incómodo. Puede que la Fiorentina fuese la mejor opción, pero en La Toscana también se ven campeones. Club de inmensa tradición, con un palmarés estimable en los cincuenta y los sesenta, volvió al primer plano con la explosión de Roberto Baggio en el inicio de los 90. Luego le pasaron cosas increíbles, como descender a serie B con una plantilla en la que se incluían jugadores como Brian Laudrup, Effenberg o Batistuta… Batigol se quedó para devolverlo a su sitio. Y aquí está la Fiore, otra vez con ganas de gloria.

Hace días leía a Joaquín en La Gazzetta. Contaba que Montella le recuerda a Emery: “Está obsesionado con la táctica”. A Joaquín, que tampoco entró al principio en los planes del ex jugador de la Roma (un pupilo aventajado de Capello) nunca le fue demasiado bien con Emery, que prefería en ocasiones la obediencia de Pablo Hernández a la genialidad del jugador de El Puerto. La Fiorentina tiene una nómina de buenos jugadores pero es inevitable que el morbo lo ponga Joaquín. Sus cabalgadas provocaron algún escalofrío en los derbis en Nervión. Es un jugador respetado en la ciudad, se diría que querido por todos. Pero, que nadie lo oculte, una esperanza para los béticos, que ven al vecino crecer y crecer, otra vez cerca de la gloria. A dos pasos de Varsovia, el Sevilla del nunca se rinde debería saber que puede ser favorito, pero que esta vez no ganará con la camiseta.