World Series, una maravillosa quimera

Fue uno de esos momentos que, sin saber muy bien por qué, quedan grabados para siempre en nuestra memoria. El escenario: un céntrico y lujoso hotel madrileño. La fecha: comienzos de 1998. El argumento: el lanzamiento de un nuevo certamen automovilístico. El protagonista: Jaime Alguersuari. El editor y promotor deportivo catalán presentaba su última quimera, el Open by Nissan, un campeonato de potentes monoplazas que, desde España, pretendía convertirse en una referencia internacional y servir como trampolín para jóvenes pilotos en su camino hacia la Fórmula 1. Muchos de los allí presentes se miraban con escepticismo; otros, con incredulidad; la mayoría, con dudas de que aquello que contaba Alguersuari tuviera viabilidad, quizá ni siquiera sentido.

Pues en esto, como en casi todo, el tiempo es el juez más implacable, quien da o quita la razón. Y al amparo de esa premisa sólo podemos decir que Alguersuari tenía razón, que su locura no lo era tanto y que hoy, nada menos que diecisiete años después, el campeonato rebautizado como World Series by Renault es una esplendorosa realidad que incluso supera las expectativas de su creador. Es verdad que la idea quijotesca de un español ha sido la llave que ha abierto la puerta de los grandes premios a muchos pilotos, incluyendo a Fernando Alonso; es verdad que es un certamen modélico en su organización; es verdad que ha sabido evolucionar para adaptarse a las condiciones cambiantes de cada momento y es verdad que debemos sentirnos orgullosos no sólo de nuestros deportistas sino también de nuestros emprendedores, ese término tan de moda hoy pero con el que algunos ya se atrevieron muchos años atrás.