La Juventus conquistó una semifinal de la Champions después de 12 años, tiene el Scudetto ya en el bolsillo y además está en la final de la Copa. Si le hubieran contado todo esto a un aficionado bianconero el pasado 15 de julio no se lo habría creído nunca. El inesperado adiós de Conte desesperó a los tifosi que confiaban muy poco en las capacidades de Allegri. Sin embargo, el ex del Milán hizo olvidar su pasado aplicando poco a poco sus métodos de trabajo: siguió utilizando el 3-5-2 de su antecesor y con el paso del tiempo también adaptó la plantilla a un 4-3-1-2 más europeo. El resultado fue un equipo efectivo y capaz de adaptarse a cualquier rival.

Ante el campeón de Europa esta Vecchia Signora sabe que tendrá que sufrir para lograr el pase a la final. Lo que se dice, no obstante, es que llegados a las semifinales de Champions “todo puede pasar”. La Juventus se enfrentó en octavos y cuartos a Dortmund y Mónaco, rivales asequibles, deshaciéndose sin problema de uno y sufriendo bastante con el otro. Algo parecido le pasó a la selección italiana en el Mundial de 2006, que luego dio la sorpresa eliminando a Alemania. Son competiciones distintas y ha pasado mucho tiempo desde aquello, pero la final se jugará en el mismo estadio de aquella hazaña, el Olympiastadion de Berlín. Buffon y Pirlo guardan un gran recuerdo de aquel escenario y quieren eliminar al Madrid para poder volver allí.