Pep echa una mano y Sergio García puede meter el pie

Al Espanyol le conviene el modo cauteloso, de puntillas, en que ha llegado el derbi: una semana marcada por la Champions, primero por el PSG y, después, por el emparejamiento de los azulgrana con Guardiola. La distracción, al menos aparente, que experimenta el Barça es el mejor bálsamo para los pericos: sin pretenderlo, Pep puede haberles echado una mano, y no precisamente como la de Messi en aquel derbi de 2007 que acabó en ‘Tamudazo’, hazaña blanquiazul que busca heredero. Y si hay un candidato ideal, ése es Sergio García. De todos modos, el propio Espanyol ha contribuido a ese escaso ruido: tanto jugadores como técnico y presidente se han desmarcado de ser jueces de la Liga.

La película del Espanyol es otra: dar una alegría a los suyos, paliando el duro varapalo de la Copa cuando ya se creían finalistas y agotar las opciones de ser séptimos, de ir a Europa... Siempre y cuando el Barça gane la Copa, qué cosas. Y así, con ese sigilo, han preparado los pericos el derbi. Incluso el vídeo de llamamiento a la afición no es motivador como antaño, sino divertido, desacomplejado. Si eso se traduce al césped, hay derbi. Y felicidad.