Bailly y la compañía de seguros

Que acabe esto ya! Lo del Villarreal no tiene nombre. Ni es justo ni es normal. Su suerte cara a gol hace tiempo que voló. Por eso encadena diez partidos sin ganar. Pero es lo de menos. Lo de las lesiones preocupa más. Es para hacérselo mirar. Asenjo era de los pocos que seguían en pie. Y anoche también cayó. Fue el gran disgusto para un Submarino ejemplar. Mayor que la injusta derrota. Con Musacchio, Bruno, Cheryshev, Gio, Uche y Vietto en la enfermería, ver sumarse a un resucitado con las rodillas ya marcadas es un tormento. La Europa League no está atada, quedan duelos ante Málaga y Athletic y tantos achaques merman y amargan.

Marcelino intenta mantener la fe a base de buenos remiendos. Ante el Atleti tuvo que poner a seis defensas, dos de ellos de interiores porque no tiene más. Y aun así, el Villarreal volvió a gustar y a caer por un fallo individual. Bailly demostró que tiene tanto potencial como peligro. En los días grandes no da la talla. Penalti inútil a Cristiano, torpeza ante el Sevilla y este despiste ante Torres. Era el encargado de hacer olvidar a Gabriel (al Arsenal) y lo que ha logrado es que el personal tenga al exiliado en el recuerdo. La pena general es que nadie le pedirá hoy espabilar. Todo Vila-Real estará a esta hora renovando sus seguros y rezando porque el 25 de mayo llegue ya.