Pirlo: especie en extinción

Andrea Pirlo es de ese tipo de futbolista que cada vez se ve menos. El fútbol ha evolucionado hacia un camino donde la táctica, el orden, la preparación física y la entrega priman sobre todo lo demás. Por eso, cada vez son menos frecuentes los jugadores que se salen del corsé y que gracias a su enorme talento son capaces de destacar por encima del resto. Son futbolistas diferentes, jugadores por los que merece la pena pagar una entrada. En definitiva, futbolistas que marcan la diferencia. Comenzó su carrera jugando mucho más adelantado, como mediapunta, pero ha sido de mediocentro donde ha demostrado toda su maestría y sus virtudes. Su apariencia de ser un jugador lento es engañosa, ya que su inteligencia y su velocidad de mente le hace llegar antes que los demás a la pelota o estar siempre colocado en el lugar adecuado. El don de la ubicuidad: estar siempre en el lugar indicado en el momento justo. Y eso se consigue a través de la experiencia y un profundo conocimiento del juego.

Tiene una técnica exquisita, maneja el juego corto y el largo como quiere y a balón parado es una amenaza constante. También tiene la virtud de controlar el tempo de los partidos a su antojo y que el equipo juegue a la velocidad que marcan sus botas. Ha jugado en los tres grandes equipos de Italia (Inter, Milán y Juve) y en todos hablan maravillas de él. Por eso, aplaudamos a los diferentes, a los talentosos y a los que se salen del guión en un fútbol actual donde cada vez es más raro encontrarlos.