James: una luz en la oscuridad

Decepcionante partido del Real Madrid ayer en Turín. Decepcionante a título colectivo y en la inmensa mayoría de futbolistas también en el rendimiento individual. El equipo entró frío, casi congelado al encuentro, dando la sensación de no estar jugándose el pase a toda una final de Champions en Berlín. Hubo demasiadas dudas, dudas sobre si ir a atacar y a dominar al rival o contemporizar y estar más a la expectativa, dudas en la creación del juego, dudas sobre cuándo y cómo ir a la presión… Y sobre todo, muchos errores individuales. Un Pepe colosal, Cristiano que siempre marca, Chicharito lo poco que jugó y James, que fue el más destacado, se salvaron del tono gris del resto. El colombiano lleva siendo el futbolista que tira del carro desde que volvió de su lesión. A estas alturas no queda nadie sin estar convencido del pedazo de fichaje que hizo el Madrid el pasado verano.

En partidos de altos vuelos como el de ayer es donde aparecen los jugadores de verdad. Calidad y personalidad a partes iguales, a lo que hay que sumarle un sacrificio defensivo enorme para el equipo. Está teniendo una temporada de debut para enmarcar, con unos números de goles y asistencias al alcance de muy pocos y eso que está jugando en una posición más retrasada de lo que había sido habitual en su carrera. Toca remontada. El Real Madrid es superior y debe demostrarlo en el Bernabéu apoyándose en un James que a día de hoy es el jugador más en forma de la plantilla.