Ante la Juventus pudimos observar cómo los jugadores del Real Madrid corrieron distancias más cortas que los italianos. No demostró potencial físico, ni técnico, ni táctico. Bale salió al campo, pero no jugó, no corrió y no tuvo ninguna acción explosiva. La posición de Ramos le ha salido relativamente bien en cuanto a resultados, pero no en cuanto a juego. En la medida de las distancias recorridas durante el partido a lo largo de la Liga, el Madrid está entre las más bajas. Sin embargo, en acciones de máxima intensidad y de velocidad explosiva marcan la diferencia. Es un equipo que no se exige físicamente, porque la mayoría de las veces no lo necesita. Y cuando lo precisa, no lo consiguen porque no están acostumbrados. Si un jugador explosivo no está bien, no debe jugar salvo excepciones como Cristiano o Messi.

E n este Madrid se echan en falta jugadores que luchen y entren al choque durante los 90 minutos. Para pasar no hace falta sólo calidad, también esfuerzo y sacrificio sobre el terreno de juego. Ya dijimos hace un mes que nuestra percepción era que el nivel físico del Madrid era relativamente bajo a estas alturas, circunstancia que se enmascara por su gran calidad. Las victorias contra el Atlético y el Sevilla fueron en parte engañosas. Los rojiblancos están en un escalón más bajo que el año pasado...